Mal.
Pero peor es repetir el error.
Cuando se cerró la Residencia Cantabria se corrió la voz de que había una pared entera de antiguas librerías con las puertas acristaladas. Supuestamente no tenían dueño. Se las llevó el por entonces Director Científico del IDIVAL.
En la Biblioteca recuperamos de la Residencia Cantabria una librería que hemos puesto en el Salón Noble. Hemos tapado los cristales de las puertas con unas cortinas hechas por las costureras del HUMV para evitar que entre la luz y perjudique a los libros. La tela reutiliza la de las antiguas cortinas de los boxes de Urgencias.
Esta semana he visto una librería con la misma estética y probablemente con la misma procedencia rota y tirada en la basura:
Si lo público no se cuida deja de ser público.
